¡¡¡ Más que una prueba deportiva, todo un reto de superación y un entreno de fuerza mental!!!
Hace unos meses, me planteaba un plan imposible, sobre todo teniendo en cuenta que acababa de salir de una segunda operación en la muñeca… pero como lo que cuenta es la motivación, me aventuré a inscribirme en la prueba más larga que he corrido hasta el momento: LA PORTUGAL MTB TOUR, una prueba UCI por parejas, con un total de 390 km y un desnivel acumulado de 10.900m+.
La carrera se dividiría en un prólogo inicial y 5 etapas, cada cual más enrevesada, por lo que haría falta mucha concentración para superarla. Como acompañante, mi buen amigo Chema García, el cual me sufriría durante 6 interminables días…jeje. Además de la pareja mixta formada por nosotros, otros dos valientes conformarían un dúo Máster 30, los Ferreiros Galaicos, formado por Arturo Ferreiro y mi Xisco o Holandés.
Prólogo. Divertida contrarreloj por las calles de Viseu.
El lunes 21 arrancaba el primer día de competición, con desenlace en Viseu, preciosa Ciudad Portuguesa, que acogía con los brazos abiertos a unos 200 deportistas con ganas de dar pedales. La recogida de dorsales se localizaba en el Solar do Vinho do Dão, un hermoso Pazo que sirve de escaparate para este producto tan apreciado en Portugal.
Nada más llegar, la emoción empezaba a recorrer el cuerpo; ver las calles llenas de bicicletas, cada cual mejor equipada, y tantos ciclistas de diversas nacionalidades…algunos de gran renombre, como Milton Ramos o Unai Yus y su pareja Jon Erguin, o Celina Carpinteiro e Isabel Marisa Caetano entre las féminas. Tras recoger los dorsales, y bolsa del corredor, nos dirigimos a dejar las cosas en el hotel y comer algo antes del arranque del prólogo, que tenía lugar a las 16 horas. Decir que más que bolsa era un bolsón enorme, que serviría para trasladar todas nuestras cosas de un hotel a otro por parte de la organización (Impresionante la cantidad de cosas que traía dentro, desde maillot de la prueba hasta suplementación para varios días…que bien se lo montan estos portugueses!!!).
Los nervios empezaban a ser palpables, y más teniendo en cuenta que éramos la primera pareja en arrancar… y yo novata en esto de los prólogos!!! Antes de la salida, echamos un vistazo al circuito, de unos 6 km, que empezaban recorriendo las callejuelas de la zona histórica, para luego atravesar varios parques y bordear el río Pavia, con final espectacular en subida por la Calzada de Viriato, por donde discurre el funicular de Viseu, una cuesta con una pendiente de las de quemar patas!
Cinco minutos antes del arranque, pasábamos a colocarnos en la salida, temblando por la emoción y acojonados por la cantidad de fotos que nos estaban sacando, aparte del cámara grabando cada movimiento… La parejas saldríamos con 30 seg de diferencia, y lo único en que pensaba era: “que no me doblen todas, por favor…jeje”. De pronto, suena el pitido que indica la salida, y arrancamos como alma que lleva el diablo, intentando no arriesgar en las curvas para no patinar con el adoquín y manteniendo la distancia con mi compañero. Al minuto, nos pasan como cohetes la siguiente pareja…menuda manera de pedalear!!! Ahí intento no perder la concentración y tratar de que, por lo menos, no me arranquen las pegatinas el resto de participantes…
Para más emoción, empieza a llover, con lo que toca llevar cuidado en puentes y cruces, aunque es esos momentos lo único que pienso es en pedalear con todas mis fuerzas! El pulso a tope durante todo el recorrido, salvo en la última cuesta, donde subo 8 pulsaciones mis máximas…pero no puedo aflojar aunque reviente. Por fin, entrada en Meta y fin del sufrimiento!!! Menudo calentón así de repente, tanto que tardé 5 minutos en recuperar la respiración, pero la verdad es que a pesar del sufrimiento fue divertido. Resultado, 5º clasificados y con ganas de más! Todavía tocaba ir hasta el hotel en bici, acompañados por el aguacero, lo que nos dejó calados hasta los huesos; qué gusto pillar la ducha calentita!!!
A las 19, volvíamos a trasladarnos hasta el Solar do Vinho do Dão para el briefing informativo, donde nos comentarían los detalles de la etapa siguiente, la cual pintaba muuuuuy interesante! Y, tras la charla, tocaba comer…menudo despliegue de buffet!!! Lo peor es que éramos demasiados y tocó hacer cola, pero valió la pena la espera; estaba todo Muito Bom!!!
Etapa 1. La primera en la frente.
A la mañana siguiente, nos levantamos a las 7 para desayunar; recarga de energía para la larga etapa que nos esperaba y a vestirse para salir corriendo hacia la salida, que tendría lugar junto a la Estatua de Viriato, personaje emblemático de la época Romana.
El día se presentaba espléndido desde primera hora, y las piernas tenían ganas de empezar la aventura que nos conduciría hasta la hermosa villa de Castro Daire. Salida puntual a las 9, con los primeros kms neutralizados, aunque el ritmo de partida ya hizo que mis piernas echasen fuego! Buenas sensaciones, sobre todo a partir del km 10, a pesar de ser un terreno rompepiernas por senderos de monte. Mi compañero iba tirando delante, ya que sus capacidades eran muy superiores a las mías, pero siempre dándome ánimos para no perder el ritmo.
Tras una primera parte rodadora, empezaban los repechos verticales que hacían tirar más de riñón que de piernas, lo que me hizo acumular un buen dolor de espalda durante toda la ruta. Bajadas rápidas y múltiples ríos que obligaban a mojar los pies… A 10 km del final, de pronto, nos encontramos con el río Vouga, el cual solo podía cruzarse pasando sobre piedras con una separación notable entre ellas; menudo subidón!
En este punto, nos dio alcance una pareja mixta, que en las bajadas demostraba un dominio espectacular, pero no se lo iba a poner tan fácil, así que esto se convirtió en una lucha hasta el final… Lo que no esperaba encontrarme eran los dos últimos kms, subida por pavé, con pendientes de vértigo; lo único que podía hacer era aguantar y no rendirme…y, cuando, por fin, veo la meta delante, después de 82 kms, no me lo puedo creer… La atravieso con una sensación de plenitud inmensa, sabiendo que he dado todo lo que podía.
Lo malo es la certeza de haber quemado demasiados cartuchos… y quedan muuuuchas etapas!! Como resultado final, y debido a las largas bajadas, mis manos están completamente llenas de ampollas, lo que me obliga a hacer una visita a los servicios médicos; esto va a ser una odisea!
Lo mejor de estas carreras siempre es la gente que conoces; da igual que seas pro o goblero, todos remamos en el mismo barco y es maravilloso la convivencia que se genera.
Etapa 2. Espíritu de supervivencia.
Me levanto con dolor por todo el cuerpo, pero pensando que el recorrido de hoy es más corto y seguramente no sea tan complicado…eso espero!!! Desayuno completo, a base de tostadas, miel, fruta y café, y recogida de la bici en el bike park para calentar un poco antes de la salida. La etapa tenía su inicio en Castro Daire, delante del Hotel donde nos alojábamos y, tras 66 kms, nos llevaría hasta São Pedro do Sul, otro de los maravillosos lugares que visitar en Portugal, muy conocido por sus famosa Termas.
Inicio complicado, las piernas no van y el pulso no sube, mal rollo! Intento mantenerme en el último grupo, pero me da la sensación de que nos quedamos rezagados… Intento olvidarme de la posición y continúo adelante, convencida de que en cuanto las piernas calienten volverán a rodar cómodas. Primera parte muy rompepiernas, con continuos sube-baja, que me dejan sin aliento… A mitad de la etapa, la subida se hace continua, por un terreno de pista ancha, cuya pendiente aumenta en zonas concretas, obligando a sentarse en la punta del sillín para poder subir montado; quién me mandaría a mí meter un plato 32? Jajaja.
Los últimos 15 km transcurren en bajada… bueno, con algunos repechillos en medio para romper el ritmo, pero bastante rápidos…tanto, que uno de nuestros compañeros máster 30 se llevó un buen viaje en una curva, que le dejó bastante tocado para el resto de días. Desde aquí, mis ánimos para Xisco, recupérate pronto fiera! El último tramo se me hizo interminable, así que ya podréis imaginar mi alivio al entrar en meta y dar por finalizado un día más de esta dura prueba. Tarde de descanso en el hotel y, como siempre, cena a las 20 y prontito para cama a reponer fuerzas.
Etapa 3. Etapa Reina.
Los ánimos empiezan a desfallecer, y no solo en nuestro equipo; ya no se desprende tanta actividad en los desayunos, y las caras van denotando el cansancio de días pasados. Además, nuestros Ferreiros Galaicos parten con desventaja por la caída de Xisco el día anterior. Esta es una de las etapas decisivas, la más larga y dura de todas, con un total de 94 kms con cerca de 3800 m de desnivel…y el día se prevé caluroso; habrá que cuidar muy bien la hidratación para no agarrar una buena pájara.
Me meto al maillot reservas de geles y barritas, y me visto no muy abrigada, pero con manguitos y chaleco, por lo que pueda pasar. La salida tiene lugar en el paseo de São Pedro do Sul, a orillas del río Vouga; me mentalizo para afrontar varias horas en la bici y para un recorrido de los de recordar toda la vida. Salida a fuego como siempre, con lo que me voy quedando rezagada de nuevo, aunque hoy los ánimos son mejores que el día anterior…
A los 5 kms de arrancar, nos dan el primer regalo del día, cruce por un río con bastante caudal que nos refresca los pies de mala manera… aunque hay que decir que son bastante considerados, ya que a continuación empieza la primera subida larga para calentarnos, la que nos llevaría a coronar el Monte São Macario. En mitad de la subida, nos encontramos a Unai Yus y su pareja Jon Erguin con avería (qué pena!), aunque a los cinco minutos nos pasan como aviones y consiguen remontar bastante bien; bravo por ellos!!! Yo voy aguantando como puedo, y mi compañero se adelanta en las subidas para llevar un ritmo más cómodo para él. Tras esta primera subida, comenzamos a bajar, parte por asfalto, para pronto comenzar el segundo pincho de la etapa; antes de iniciar el ascenso, paro a reponer agua en el avituallamiento y aprovecho para comer algo.
Continuamos sufriendo a lo largo de unos 10 kms, aunque vale la pena el esfuerzo para poder contemplar las increíbles vistas desde lo más alto. Poco después de empezar a bajar, de pronto distingo a lo lejos a varios ciclistas andando por una zona que parece, ¿un camino de cabras? Oh my god! Pues sí, toca echar bici al hombro y subir a patas…qué dolor de gemelos y de lumbares!!! Tras varios kms caminando, intento subirme a la bici (tampoco va a ser todo llevarla de paseo, ¿no?), lo que cuesta bastante, dado lo mucho que patina el terreno…aunque finalmente, un último repecho contundente nos lleva a coronar en un bonito prado.
Comienza la bajada por zona de pista, aunque pronto se convierte en un terreno pedregoso, con losas de piedra que se complican por momentos. Parte del recorrido obliga a echar pie a tierra, ya que la bajada enlaza con un nuevo ascenso que nos llevará a coronar la última subida de la mañana. Después de unos cuantos kms andando, vuelvo a subirme a la bici, y consigo llegar arriba a base de tirar de riñón. Menos mal que en este punto tenemos un nuevo avituallamiento; aprovecho para reponer fuerzas y rellenar el botellín, y arrancamos apresurados para completar los 25 kms restantes. Aunque no va a ser tan fácil, todavía queda subir un ratito más, y luego afrontar la bajada, que discurre por varios tipos de terreno.
Lo peor del día, los últimos kms antes de llegar a Vouzela, con ligero ascenso por asfalto, que se hicieron interminables, pero entrar en meta después de 8 largas horas y que todo el mundo te aplauda como si fueras el primero no tiene precio! Con lo que no contaba era con escuchar, “pues la etapa de mañana todavía es más técnica”… Nooooooooo!!! Jajaja.
Etapa 4. Entreno de técnica.
Después de varios días dándolo todo, el cuerpo ya estaba casi al límite, lo que se notó en la mayoría de parejas, que ya no salían con la chispa de días pasados. Al arranque de la etapa, el recorrido se hacía pesado por ser rompepiernas, con repechos de tomar aliento y aguantar como mejor se pudiera; pero de dónde sacan estas pendientes???
Pronto empezaría la parte técnica de la que tanto nos habían hablado; bajadas por calzadas romanas, algunas de ellas con barrillo resbaladizo (y eso que no había llovido), zonas embarradas que hacían frenar la bici en seco, para continuar subiendo por terreno pedregoso que obligaba a apretar los dientes para poder sobrepasar los obstáculos.
A pesar de la dureza, el recorrido resultaba espectacular, para poder disfrutarlo aunque doliesen hasta las pestañas. Más o menos, a mitad de la ruta, comenzamos a bajar; eso sí, las bajadas muuuy entretenidas; desde calzadas romanas hasta zonas ratoneras entre pinos, pasando por caminos embarrados con piedras atravesadas que complicaban la trazada.
En esta etapa me sorprendí a mí misma, bajando casi todo a lomos de mi brillante corcel, a pesar de los dolores en la mano lesionada y las ampollas sufridas los primeros días… y qué bien me lo pasé!!! Finalmente, un paseo a orillas del río Vouga, para culminar en la zona de las termas de São Pedro do Sul. Sólo quedaba una etapa para ser Finishers!!!
La nota triste del día, la expulsión de Milton Ramos y Márton Blaszó por haber intercambiado sus bicis durante la etapa; sentencia injusta a mi parecer, pero el reglamento UCI es estricto.
Etapa 5. Etapa final.
El sábado tenía lugar la última etapa de la Portugal MTB Tour, y una mezcla de alegría y tristeza convivían en mi cabeza, aunque debo reconocer que ya tenía ganas de finalizar y descansar un poco después de tantos kms. El día despertó lluvioso, la despedida que nos quería dar Portugal era por todo lo alto, pero para una Gallega eso no era más que un aperitivo…así que, chubasquero y a rodar!!!
En esta ocasión, nuestro compañero Xisco no pudo tomar la salida debido a la inflamación en su rodilla derecha, fruto de la caída el tercer día de la prueba, por lo que Arturo tendría que completar los últimos 66 kms en solitario. Nosotros partimos en pareja como cada día; la verdad, es una suerte no tener complicaciones físicas ni mecánicas en una prueba de tantas etapas… Aunque las fuerzas eran escasas, mi intención era vaciar todo el cargador y dar lo máximo hasta el final.
La primera parte bastante cómoda para mí, al ser rodadora a pesar de lo blando que estaba el terreno a causa del agua, por lo que los kms fueron pasando y ya me veía finalista. Tras unos kms de repechada continua, llegaba una subida larga de unos 6 km, que conseguí afrontar cogiendo un ritmo tranquilo. En este punto, ya se podían encontrar varias parejas en decadencia, normal después de tantos días, pero yo no iba a desfallecer, tenía que superar esos últimos kms! Una vez coronada la subida, empezamos a bajar, en varios puntos por zonas técnicas al igual que el día anterior, pero disfruté mucho de todo el recorrido.
Para darle emoción, los últimos kms nos amenizaban con un pequeño ir y venir de repechos explosivos, para terminar rodeando la villa de Vouzela, pasando sobre el acueducto, lo que nos llevaría hasta la meta final.
Indescriptible la sensación al entrar en meta, esa mezcla de alegría y de emoción por haberlo conseguido… no hay palabras para definir algo tan grande!
Felicitar a todos los que consiguieron finalizar esta dura Prueba, a los que lo intentaron pero se quedaron en el camino, a los grandes campeones que ocuparon los podios merecidamente, y sobre todo a la organización y miles de voluntarios de la Portugal MTB Tour por un trabajo impecable y por ofrecernos una semana santa inolvidable!!! Y gracias a mi compañero de aventuras por soportarme todos estos días y darme el apoyo necesario para seguir adelante en los momentos duros.
Muito Obrigada!!!